miércoles, 13 de febrero de 2013

“Las formas elementales de la enfermedad: la sistematización de Laplantine” 
Reinaldo Bustos.


Introducción

Todos hemos enfermado en algún momento de nuestra vida, hemos tenido la experiencia de una gripe o hemos estado en la experiencia de la gripe de un individuo, o quizás de otras enfermedades; agudas o crónicas, dolorosas y no dolorosas, reversibles o irreversibles. Para la medicina la enfermedad constituye una referencia perceptible por los medios diagnósticos, buscando en la opacidad del cuerpo su sustrato, clasificable en una nosografía que lo explica. Esto es lo que la ciencia nos dice de la enfermedad, dirige nuestra mirada médica de la enfermedad como una construcción segura de conocimientos que al final de cuenta nos crea incertidumbre frente al destino. Esto es lo que buscan los significados únicos donde el conocimiento de la gente común no es válido, a esto se le llama visión hegemónica de la medicina en torno a la enfermedad, que nos dice que la enfermedad es lo que diagnostica el medico por contraste a cualquier otro conocimiento profano, ignorando como  “el otro” constituye como sujeto y responde frente a la enfermedad, por lo cual los trabajadores de la antropología social ponen en evidencia que en la relación médico-paciente entran en contacto diferente mundos médicos y personales frente a una enfermedad, por lo tanto configura un contexto más amplio en la interpretación de estos fenómenos de la practica tradicional queriendo romper con el fenómeno de clausura del individuo al orden de enfermedad que “sacrificando su subjetividad” y con ello también una práctica médica sin humanidad y cultura.
El antropólogo francés François Laplantine ha sistematizado los discursos circulantes de la cultura actual sobre el proceso salud-enfermedad. La visión metacultural de laplantine tiene éxito en hacer aparecer y analizar las formas elementales de la enfermedad, sus atribuciones etiológicas y terapéuticas, permitiéndole construir modelos etiológicos-terapéuticos propios de la sociedad francesa moderna, lo que los hace comparables a la sociedad occidental en su conjunto.

Los modelos de la enfermedad
Desde el punto de vista del origen de las enfermedades, las tendencias principales son dos: el modelo ontológico, que atribuye el origen de la enfermedad a una causa externa, particularmente física; y el modelo relacional que maneja la enfermedad como un desequilibrio ya sea fisiológico, psicológico, cosmológico o social.

El modelo Ontológico de la enfermedad

Los primeros antecedentes se encuentran en una de las corrientes del pensamiento hipocrático que centra la atención del origen de la enfermedad en síntomas corporales del individuo.
El modelo ontológico de la enfermedad da origen a distintas representaciones, académicas o populares, estas últimas propias de la literatura o de las concepciones profanas de la enfermedad.

El modelo relacional de enfermedad

Con el modelo relacional o disfuncional, conocido como modelo fisiológico, cambia la forma de comprender la enfermedad idea de lesión es constituido por la idea de desequilibrio.

Los modelos etiológicos aditivos y sustractivos de la enfermedad

El modelo aditivo; este modelo es el que la sociedad concibe como la presencia de algo en el organismo, que traduce la vivencia de enfermedad como presencia, un exceso más que una ausencia.

El modelo sustractivo. Este modelo es el que concibe la enfermedad como ausencia de algo en el organismo. La sociedad que concibe este modelo no valoriza la cirugía ni la extracción de sangre, sino por lo contrario valorizan todo lo que se le agrega al individuo. Para ellos el buen medico es el que da medicamentos, utiliza procedimientos, etc., y no el cirujano que extrae, corta o amputa.

Los modelos etiológicos maléfico y benéfico de la enfermedad.

El modelo maléfico de la enfermedad. La enfermedad ha sido concebida como un  mal absoluto, integralmente negatividad por un proceso de reducción semiológica que la vincula a lo dañino, o lo indeseable, a la anormalidad o anomalía que debe ser evitada por todas las medidas de educación o prevención en salud. Los individuos la conciben como una desviación biológica y social. En la expresión popular ser enfermo y pobre es el colmo de las desgracias. Así representamos la enfermedad en nuestra cultura acompañada de negación.

La enfermedad benéfica. En este modelo la enfermedad se interpreta como portando, sino un valor al menos un sentido, puesto que es concebido como un mensaje a escuchar para la restauración del equilibrio perdido, un episodio que es vital. La enfermedad de ser ratificada por que es la base que nos orienta para salir adelante y encarrilar de nuevo nuestras vidas.

Las formas elementales de la curación.

Modelos terapéuticos
Debido a la sistematización etiológica de las enfermedades se corresponde un conjunto de estrategias terapéuticas.

Modelo primario alopático-homeopático

Modelo alopático. La terapéutica moderna de la medicina se reconoce por este modelo. Son terapias agresivas que responden a la idea de génesis de la enfermedad por penetración de algo externo, con una contra-agresión que debe antagonizar la noxa patógena: antibióticos como respuesta a la enfermedad bacteriana, la cirugía y la radioterapia que destruyen al agente agresor.

Modelo homeopático. El modelo homeopático reconoce un doble principio de acción, el principio de similitud y el de infinitesimal, es decir se cura una enfermedad en base a lo mismo que lo causa pero en una dosis pequeña, curando el mal por el mal.

Modelos curativos y aditivos de la enfermedad.

Modelo sustractivo. La medicina moderna privilegia ampliamente el modelo curativo sustractivo de la enfermedad basta recordar la extensa práctica de la sangría, los lavados para aclarar la sangre espesa causante de los males cardiovasculares. Recordando que tiene mucha fuerza simbólica la exteriorización del mal-enfermedad; donde el cirujano tiene como costumbre mostrar el órgano infectado como prueba de curación.

Modelo aditivo de la curación. Lo encontramos en una variedad de prácticas médicas contemporáneas que agregan algo al organismo: alimentación y vitaminas que refuerzan, trasplantes de órganos sustituyen una función orgánica deteriorada. Se encuentran aquí todas las prácticas que buscan agregar algo al cuerpo para enfrentar la enfermedad.

Modelos adorcístico y exorcistico de la curación

Modelo adorcistico. Se basa en la noción  del estado patológico que culturalmente en Occidente es considerado como un mal, en otros campos culturales representa el bien. En vez de rechazar la enfermedad es saludada como un nivel superior de existencia, reconociendo las propiedades terapéuticas, en la práctica actual, es necesario no olvidar para el caso de las psicoterapias de orientación psicoanalítica, la concepción de que la enfermedad posibilita que el proceso de curación sea posible a partir de la propia enfermedad.

Modelo exorcistico. En este modelo el terapeuta es combatiente comprometido en una verdadera guerra contra la enfermedad.

Modelos sedativos y excitativos de la curación

Modelo sedativo. Son todas aquellas prácticas que se oponen a un exceso funcional del organismo y lo traten de reducir o disminuir patológicamente: teniendo en este modelo a una gama de tranquilizantes, somníferos y sedativos en general, antiinflamatorios, antiasmáticos, antiespasmódicos, etc.

Modelo excitativo. E objetivo de este modelo es estimular el organismo o la personalidad, la prevalencia de la práctica en nuestra medicina es notoria a través de todos los medicamentos activadores de funciones orgánicas: los digestivos, coleréticos, estrógenos, galactogenos, etc.

Fuentes bibliográficas


Suemy Jacqueline Gonzalez Koyoc


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